El educador o progenitor Self Reg busca comprender, en lugar de controlar, el comportamiento de un niño. En efecto, lo que se está replanteando aquí es el significado de ver a la maestra del jardín de infantes como una profesional y no como una niñera glorificada: alguien que se ha formado para poder preguntar el tipo de “por qué” adecuado y que posee herramientas para encontrar una respuesta.
Si a veces parece que sea una niñera más que una educadora, es porque los niños pequeños se tornan imposibles cuando sufren una regresión debido al estrés. Pero ser un “profesional” no es una cuestión de insistir en las expectativas ni de no tolerar ninguna desviación. La “postura profesional” es la de reconocer y ayudar a los niños a reconocer cuándo comienzan a estar sobrepasados por el estrés y qué pueden hacer al respecto: incluso, y especialmente, cuando es particularmente difícil. No podemos permitirnos el lujo de dejar de preguntarnos por qué: y menos aún cuando hay mucho en juego para el futuro de un niño. Ni tampoco podemos cometer el error de preguntar el tipo de “por qué” equivocado.
Uno de los grandes desafíos con los que se encuentran los maestros del jardín de infancia es que apenas tienen idea de cómo han sido los primeros años de vida de un niño. Al principio, desconocen cuáles pueden ser las fortalezas o vulnerabilidades del niño, qué esperar cuando el niño está demasiado estresado, por qué se siente tan estresado y cuáles son las señales que indican que está sobrepasado por el estrés.
Lo que hay que tener presente a la hora de dar respuesta a estas preguntas es que, a pesar de su nombre, el jardín de infantes no es una fiesta en el jardín para niños. De hecho, todas las “expectativas” que mencioné en la segunda parte de esta serie representan un aumento cuantioso de los estresores a los que el niño está expuesto. Por ejemplo, el niño debe:
Estar con muchos niños de la misma edad, todos con sus limitaciones madurativas
Estar en un espacio cerrado
Estar en presencia de niños mayores
Ser cuidado y acompañado por un adulto extraño cuyas señales no verbales le son ajenas
Mantenerse regulado (calmado y atento) durante el transcurso de lo que, para cualquier niño, es un día largo, y para algunos niños, un día terriblemente largo
Seguir un programa estructurado y un conjunto de reglas
Prestar atención cuando se le pide que lo haga
Tomar turnos, compartir y cooperar.
Una vez iniciados en esta forma de pensar Self-Reg, entenderemos que nuestro rol se centra en satisfacer las necesidades de los niños pequeños desde una perspectiva completamente nueva. Nada volverá a rivalizar con el maravilloso “Todo lo que necesito saber realmente, lo aprendí en el jardín de infancia” de Robert Fulghum. Pero Self-Reg nos presenta un giro en este clásico: Todo lo que necesito saber realmente sobre cómo lidiar con el estrés, lo aprendí en el jardín de infantes: bueno, ¡empecé a aprenderlo!
Ayudar al niño a iniciarse en este viaje que da forma a la vida nos obliga a plantearnos otro “Por qué”: ¿Por qué estoy reaccionando de manera negativa a los comportamientos regresivos de un niño? ¿Es porque aún no he aprendido sobre los diferentes estados asociados con el Cerebro Azul, Cerebro Rojo y Cerebro Marrón? Una vez que empiece a comprender la ciencia de la autorregulación, ¿comenzaré a ver al niño de una manera diferente? ¿Veré a un niño diferente?
Esta última pregunta es la más fácil de responder. La respuesta es SÍ. Cuando ves a un niño de forma diferente, ves realmente a un niño diferente.
Lea el artículo original en inglés, encuentre más información y recursos aquí
Traducción amablemente proporcionada por Mireia Bazu , @crianzaconconexion